Cortesía: Revista Selva 25 - 05 - 2014
SANTO CRISTO DE BAGAZÁN
EN EL UNIVERSO DE
SALVADOR ROSADO
Tríptico de SANTO CRISTO DE BAGAZÁN realizado por el maestro SALVADOR ROSADO entre ayunos y penitencias.
"SEÑOR,
QUE MI RECOMPENSA
SEA SOLO MI SALVACIÓN,
PUES BIEN SABES,
QUE EN ESTA CREACIÓN TUYA,
SOY SOLO UN TRANSEÚNTE"
En su matutino ejercicio, el gran maestro SALVADOR ROSADO disfrutando en amplitud de la naturaleza Riojana. Lugar de sus investigaciones sobre las antiguas comunidades nativas que habitaron el Alto Mayo.
EL SUEÑO
En la noche del 30 de enero de 2007, la luna, con su mágico esplendor, iluminaba la
provincia de Rioja. Era una noche tropical, fresca y tranquila.
El maestro Salvador Rosado, tras un largo viaje, llegó cansado y decidió
descansar en la huerta de su casa, meciéndose suavemente en una hamaca bajo la sombra de dos viejos árboles de mango. Mientras se relajaba , contemplaba entre sombras los
blancos fulgores de los rayos de luna que acariciaban su cuerpo.
En su sueño, vio a un nativo de estatura mediana que lo conducía por
un camino desconocido y misterioso. Caminaban temerosos hasta que se encontraron frente a una cueva iluminada, en la cual aparecieron tres figuras del Santo Cristo
de Bagazán.
El nativo colocó cartuchos blancos a los pies de la primera figura, y desde
la luz una voz apacible y dulce dijo: "Son flores de Chachapoyas que consuelan
a mi hijo amado."
Luego, el nativo colocó orquídeas rojas a los pies de la segunda figura, y la voz desde la luz dijo: "Son flores de Moyobamba que embellecen a mi hijo
amado."
Finalmente el nativo colocó ramas de bombonaje a los pies de la tercera figura, y la voz desde la luz dijo: "Son las bellas hojas de Rioja que florecen el
cuerpo y la fe de mi hijo amado."
El maestro Salvador Rosado, anonadado y confundido quería despertar, pero no lo lograba. Desde el fondo de la cueva, un coro angelical entonaba un
himno celestial en lenguas extrañas y desconocidas. Luego, el nativo Manuel Aspajo se desvaneció.
La voz amorosa le dijo al maestro Salvador Rosado: "Pintarás lo que has visto en este sueño, porque los elegidos difundirán la fe de mi hijo amado." Las palabras resonaron en la cueva, haciendo temblar sus paredes. Un frío helado invadió al maestro y finalmente despertó.
Pasadas las semanas, el maestro Salvador Rosado creyó que había sido un
sueño, pero empezó a tener insomnios, y hablaba consigo mismo en su huerta. Los vecinos pensaron que se estaba volviendo
loco. Una extraña llaga apareció en su rostro, como la huella de un dedo quemando la
piel, y su salud se deterioró cada día más.
Finalmente el maestro Salvador Rosado, recordó la misión encomendada en su sueño con las tres
apariciones del Santo Cristo de Bagazán. A pesar de su incredulidad e inseguridad, comenzó a pintar las imágenes sagradas. Misteriosamente, mientras avanzaba, su salud se restauraba, el insomnio desapareció y parte de su cabello se volvió blanco, dejando una difusa huella en su rostro como testimonio de lo había sucedido.
Las tres pinturas del Santo Cristo de Bagazán se encuentran resguardadas en la provincia de
Rioja. Los habitantes del lugar afirman que estas tres obras son consideradas milagrosas, ya que se les atribuye el poder de sanar enfermedades y aliviar males espirituales.
OBRAS
SANTO CRISTO DE BAGAZÁN
Adornado con cartuchos blancos
100 cm X 73 cm. Óleo sobre Lienzo.
SANTO CRISTO DE BAGAZÁN
Adornado con orquídeas rojas
100 cm X 73 cm. Óleo sobre Lienzo.
SANTO CRISTO DE BAGAZÁN
Adornado con ramas de bombonaje
100 cm X 73 cm. Óleo sobre Lienzo.
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